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Guía práctica para refutar argumentos de los antiderechos. 2° Parte

  • Agustina Chicote
  • 12 jun 2018
  • 5 Min. de lectura

A tan solo un día del debate por la legalización de la Interrupción Voluntaria en la Cámara de Diputados,

me sorprende todavía la fuerza de la lucha feminista. Me sorprende las jóvenes que ya no cumplen con los cánones impuestos por la sociedad, que no se acomodan a los preceptos del patriarcado con los que nos hemos sentido en confort durante tanto tiempo. Al mismo tiempo, me llama la atención de este quiebre de paradigma, las posiciones opuestas: ¿Cuánto tardarán en ir adaptándose al nuevo sistema social? ¿Se adaptarán? ¿Cuándo sus pensamientos quedarán calificados como “retrógrados”? ¿Cuándo lo harán los nuestros?

Es por esa razón, que, ante la impotencia que me generan aquellos que se oponen a la despenalización del aborto, decidí hacer una recopilación de sus frases (o quiéraselos llamar “argumentos”) y su respectiva refutación. Sepan disculpar mi implicancia personal en este tipo de escritos, pero me es imposible distanciarme de un tema tan sensible, actual y que nos afecta como sociedad

Comencemos

- “¿Cómo pueden matar a su propio hijo?”: Aquí permito opinar que hay una romantización de la figura del feto, del embarazo y de la maternidad, impuesta y consolidada por los preceptos impuestos desde nuestra infancia, que mencioné anteriormente. Como figura simbólica, es de mi parecer que un hijo no es tal si no es querido. Y antes de que sea hijo, tiene que nacer. Lo único que generan con esta idea es que se mantenga la culpabilidad de las mujeres ante un acto “criminal”. Entonces, se impone, además de otras tantas obligaciones al género, una carga extra a la vida de todas, la obligación de ser madres y parir. Yo me pregunto, ¿tanto detestan a las mujeres para obligarlas a atravesar una maternidad no deseada? Que uno se haya enamorado de la idea de que el instinto maternal es inherente a las personas que nacen con vagina no debería obligar aquellas que hayan decidido no ser madres. No las criminalicen más, abortar no es una experiencia linda, nadie lo hace ni lo haría por gusto. No lo hagan peor para las mujeres que deben hacerlo de forma

clandestina.

- “No es tu cuerpo, es un ser con vida propia”: Si no es el cuerpo de la mujer entonces prueben sacarle el feto y fijarse si sobrevive fuera del cuerpo gestante. Sí, es nuestro cuerpo. Siempre me sorprendió que Mariana Rodríguez Varela (mejor conocida en las redes como “la loca del bebito”) utilice en su campaña antiderechos, un bebito de plástico, despojado de todo el vientre de la persona que lo está gestando. Se obsesionaron demasiado con el feto, sin tener en cuenta la salud integral de la mujer que está embarazada. Es un de las formas de opresión patriarcal más clásicas, en las que nos obligan a seguir las órdenes del sistema, y quien las corrompa, será castigado. En cambio, no hay ninguna legislación estatal que opere sobre el cuerpo de los varones.

- “Salvemos las dos vidas”: no hay discurso más peligroso y engañoso. No se les cruza por la cabeza en ningún momento que la mujer que decida abortar lo hará de todas formas. Si en serio defienden la vida, que lo hagan por esa mujer que está por someterse a un aborto clandestino. Si en serio la defienden, que hagan algo para mejorar la pobreza en Argentina. Porque después, esos chicos que nacen, ya sea en la pobreza, ya sea en un lugar donde no son queridos, quedan abandonados sin ningún soporte que los ayude a crecer sanamente en su integridad. ¿Qué vidas se salvan entonces? ¿La de la mujer que queda mal psicológicamente luego de tener a un hijo que nunca deseó y que sabe que no

va a querer? ¿La de la mujer que murió después de un aborto mal realizado? ¿La del niño que no tiene posibilidades en esta sociedad, porque su madre no tiene los recursos para criarlo? Ni una vida salvan.

- “Si no los quieren, los pueden dar en adopción”: Ay, qué mal les hizo Chiquititas y Floricienta. Primer punto, gestar nueve meses a un feto, no es algo que todas quisiéramos. Forzar un embarazo es doloroso, tiene consecuencias enormes en la salud psíquica y física de la persona gestante. Segundo punto, el sistema adoptivo del país, como bien se sabe, es un desastre. Hay que atravesar un montón de trámites, en el medio ese niño puede quedar a la deriva en un orfanato, o pasando de casa en casa, descuidado. Tercer punto, que me parece importante destacar: ¿cuántas veces vimos en las noticias que encontraron bebés en basureros? En serio, abandonen la falopa y vean la realidad concreta. La persona que no quiere tener un hijo, no lo va a hacer. Hay que proveerle los medios necesarios para que no atraviesen situaciones como las mencionadas. Es tener empatía con aquellos que no tuvieron la misma suerte.

- “Yo apoyo en casos de violación, si abrieron las piernas por calentura que se la banquen”: Seguro las personas que dicen frases como estas nuuunca se olvidaron de ponerse un forro, o de tomar una pastilla. Se le delega toda la responsabilidad a la mujer, que decidió vivir su sexualidad libremente. Es a la mujer que en esta sociedad patriarcal se le priva de toda práctica que genere placer, se nos obliga a “hacernos respetar”, nunca se le exige al hombre responsabilidad en lo que a la sexualidad respecta: nos gritan en la calle, nos muestran la chota en el transporte público, nos tocan sin permiso, nos abusan, nos acosan, nos violan. Basta. Nuestro cuerpo no es de ellos, no es del Estado ni de la Iglesia, es nuestro, y cada una tiene el derecho y la libertad de expresarlo como se le cante sin ningún sometimiento.

- “Si se aprueba la ley van a ir todas corriendo a abortar”: Es como decir, “no le den tanta libertad a la

mujer que no van a saber cómo manejarla”. A ver Raúles, en Argentina se realizan 1200 abortos por día, 500.000 al año. Y esto es una aproximación por los egresos de los hospitales por las complicaciones luego del aborto. Hay muchos más. La realidad es que nadie va feliz a abortar, es una experiencia horrible, una intervención quirúrgica. No Raúl, no se va a terminar el mundo, van a seguir existiendo mujeres que quieran ser madres. Lo único que queremos es que aquellas que deseen no serlo, lo hagan de forma segura y gratuita en el hospital. Con la ley no se va a obligar a nadie abortar, cada uno va a seguir eligiendo lo que quiera hacer. Pero con el aborto clandestino, obligan a las mujeres a parir o a morir.

Y por ahora, ahí terminó este “refutest”. Seguramente irán surgiendo más argumentos, ya que nos quedan muchos preceptos que deconstruir. A esta lucha la vamos a ganar.

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